Homenaje a Eva Perón en la Comuna 7
"Yo no quise ni quiero nada para mí. Mi gloria es y será siempre el escudo de Perón y la bandera de mi pueblo. Y aunque deje en el camino jirones de mi vida, yo sé que ustedes recogerán mi nombre y lo llevarán como bandera a la victoria". Eva Perón
El sábado 28 de julio, el Frente para la Victoria de la Comuna 7 realizó un homenaje a la Compañera Eva Perón, al cumplirse el pasado 26 de julio el sexagésimo aniversario del paso a la inmortalidad de nuestra querida “Abanderada de los Humildes”. En el homenaje participaron “La Cámpora”, “Corriente Nacional Martín Fierro”, “Frente Transversal”, “Peronismo Militante”, “La Simón Bolívar”, “La Manuel Ugarte (Desafío Bicentenario)”, “Partido Comunista” y “El Local”.
La conmemoración comenzó con la marcha de dos columnas que partieron simultáneamente desde el norte - Curapaligüe y Eva Perón - y del sur –Iglesia “María Madre del Pueblo” ubicada en la Villa 1-11-14 - de la Comuna 7, confluyendo ambas en el Barrio Rivadavia I. Allí se realizó la presentación de un busto de la Compañera “Evita”, el cuál será colocado en una plaza del Barrio Rivadavia. Asimismo, se anunció el envío de un proyecto a la Junta Comunal para que la plaza lleve el nombre de “Eva Perón”.
El acto contó con la presencia de Carlos Gullo y Felicitas Marinaro (Comuneros por el Frente para la Victoria en la Comuna 7), Julio Morresi (militante peronista y Padre de Plaza de Mayo), el Lic. Carlos Montaña (Subsecretario de Abordaje Territorial del Ministerio de Desarrollo Social) y el compañero Andrés Larroque (Secretario General de La Cámpora y Diputado Nacional por el FPV), entre otros
Comenzado el acto, tomaron la palabra la compañera “Tina”, delegada de la 1-11-14, quien contó de su familia peronista y de su amor a Eva, “quiero rendirle un sentido homenaje a nuestra madre Evita, porque ella fue la madre de los humildes”, siguió con unas palabras de la comunera por el Frente para la Victoria, Felicitas Marinaro, y finalmente Andrés “el Cuervo” Larroque, Secretario General de La Cámpora. Con sentidas palabras, el compañero Larroque indicó que la bandera de la justicia social por la que luchó y dio su vida Evita, hoy se encuentra nuevamente en alto a través de la Asignación Universal, los millones de jubilados y los puestos de trabajo creados desde 2003, dijo además “Esta es la primera parte de la victoria, porque la victoria definitiva como nos dijo Cristina va a ser cuando no quede un solo pobre en esta patria y para eso tenemos que seguir trabajando y organizándonos”.
Siguió luego recordando a Nestor “Evita vive, como Nestor, en toda esta militancia, porque nosotros hoy la podemos recordar a Evita con felicidad y con dignidad porque acá vino Nestor Kirchner a refundar el peronismo”… “Cuanto de Eva tenía Nestor en esa rebeldía, él vino y como Eva en poquito tiempo… menos de 8 años fueron los que le alcanzaron para vivir en el corazón de este pueblo y eso no lo va a poder cambiar nadie, ni Magneto, ni Clarín, ni ningún poder, ellos van a vivir por siempre en los corazones del pueblo.”
Por último y para terminar también habló de la Presidenta Cristina “y si Nestor tenía mucho de Eva, Cristina tiene mucho de Perón, tiene mucho de estratega, de estadista, uno la ve ir a otros países, hablar en la UNASUR, en el Mercosur, en el G20 y se acuerda esa tercera posición del general Perón, que sigue más vigente que nunca, aquella que planteaba que había que buscar la alternativa de cada pueblo, que había que mirar la realidad de cada pueblo y desde ahí interpretar y construir un modelo para cada país, y que es eso sino lo que están construyendo hoy los gobiernos Nacionales y Populares de la UNASUR y de la región, un modelo alternativo a ese capitalismo neoliberal que busca representar a los más humildes y dar cada día más justicia social a sus pueblos, ese es el camino y esa es la batalla que damos nosotros, con Perón, con Evita, con Nestor como bandera eterna y con Cristina en la conducción”
Para finalizar la actividad, se realizó el descubrimiento del busto de la Compañera Evita y en simultáneo frente a la plaza se realizó un mural con una gran foto de la cara de Eva.
La Argentina ha resuelto darse un gobierno Nacional, Popular y Democrático
El día de hoy se cumplen exactamente nueve años de la editorial del diario La Nación, firmada por el Sr. Escribano, en la que con tono amenazante, diez días antes de que Néstor Kirchner asuma su primer mandato, nos aseguraba que “la situación es tal que vale la pena registrarla: la Argentina ha resuelto darse gobierno por un año”.
Bien podría asociarse este tan pifiado pronóstico sobre el futuro de nuestro pueblo con la inauguración de una serie interminable de editoriales, operaciones de prensa y titulares matutinos que desde el 25 de mayo del 2003 nos llueve diariamente, intentando tercamente convencer a los argentinos de que todo va a salir mal.
Sin embargo, nos parece más interesante recordarla por otros motivos.
Lo que se supo tiempo después fue que Néstor había recibido al Sr. Escribano quien le quiso plantear 5 condicionamientos, suponiendo que el nuevo gobierno resultaría tan genuflexo como los anteriores:
1. Que la Argentina se subordine a los Estados Unidos.
2. Que no haya más revisiones sobre la lucha contra la subversión.
3. Que reciba a “los empresarios”.
4. Que se aísle a Cuba.
5. Que se lleve “tranquilidad” a las fuerzas del orden con medidas excepcionales de seguridad.
¡Ja!
Así confesaba abiertamente el Sr. Escribano cómo, a través de su diario, las corporaciones condicionaban a la democracia.
En aquella editorial, el diario La Nación, estaba muy decepcionado por un discurso que Néstor había dado mientras Menem se bajaba del ballotagge, con la cobarde intención de debilitar al gobierno a punto de asumir. En realidad, al señor Escribano le había molestado que Néstor dijera cosas como estas:
“Resultaría una ingenuidad política y un reduccionismo inaceptable no advertir que el eventual retiro de la fórmula por parte del ex presidente del proceso de ballottage es absolutamente funcional a los intereses de grupos y sectores del poder económico que se beneficiaron con privilegios inadmisibles durante la década pasada, al amparo de un modelo de especulación financiera y subordinación política”.
“No he llegado hasta aquí para pactar con el pasado, ni para que todo termine en un mero acuerdo de cúpulas dirigenciales. No voy a ser presa de las corporaciones. Tenga el pueblo argentino la certeza de que quien les habla está decidido a dar vuelta la página de la historia y comenzar a construir junto a ustedes un país diferente, con mucha humildad, pero con muchas y muy firmes convicciones, con esperanza y con optimismo.
“Tenemos la fuerza de aquellos que nos incorporamos a la política porque este país creíamos que se podía cambiar. Tenemos la fuerza y la decisión de aquellos que llegaron a la política, no por un marketing artístico o demás, sino por convicciones, convicciones políticas, ideológicas y doctrinarias de un país distinto. Y esas convicciones no las voy a dejar en nombre del pragmatismo en la puerta de entrada de la Casa Rosada”.
La respuesta de Néstor a estos planteos fue justamente la clave para, no solo durar más que un año, sino para inaugurar una nueva época para el pueblo argentino.
Las palabras de Néstor se trasformaron en hechos concretos inmediatamente, en la línea contraria a lo que
La Nación, Clarín y todos sus voceros siguen insistiendo.
1. Estableció una política realmente soberana, defendiendo nuestros intereses, independientemente del poder de los países y organismos que intentan subordinar a los países en desarrollo.
2. Juicio y castigo a todos los represores de la dictadura cívico-militar y a sus cómplices.
3. Fortaleció el mercado interno y defendió la industria nacional generando una nueva generación de empresarios cuyos intereses están vinculados al desarrollo del conjunto de la economía y eliminó los privilegios de los sectores concentrados de la economía.
4. Trabajó sin descanso por la integración política, económica y social de todos los países de la Patria Grande.
5. Le prohibió a las fuerzas de seguridad de reprimir la protesta social y estableció una fuerte política de renovación y democratización de la policía federal y de las fuerzas armadas.
Dos modelos totalmente opuestos.
Por un lado, el que el Sr. Escribano y el Sr. Magneto le impusieron al pueblo a través de golpes de estado o condicionando a los politiqueros sumisos de turno.
Por otro, el proyecto de país nacional, popular y democrático que empezó con Néstor y ahora se profundiza con Cristina. Que es respaldado activamente por un pueblo despierto, alegre y movilizado; que defiende el interés nacional por sobre el corporativo con coraje y convicciones; que amplía constantemente la frontera de derechos sociales y las libertades civiles para el conjunto del pueblo, especialmente para los más humildes.
Ni Néstor ni Cristina necesitaron que un Escribano o un Magneto le hagan una lista tan detallada del camino que no debíamos seguir. Las banderas de justicia social, soberanía política e independencia económica fueron levantadas a través de varias generaciones y siempre existieron “clarines” y “lanaciones” que se opusieron. Desde la lucha por la independencia hace doscientos años, pasando por las montoneras federales, los obreros explotados y marginados del primer centenario de la patria, la lucha por el voto universal, secreto y obligatorio, la dignidad de los trabajadores durante el gobierno de Perón y Evita, la heroica resistencia a las dictaduras posteriores, la generación del setenta, tan comprometida con ideales de cambio y justicia y la conmovedora e incansable lucha de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.
Por eso, a nueve años de aquella triste editorial que le daba tan poca vida a un proyecto que más que nueve, lleva más de doscientos años, queremos recordarla para tener presente que ahí andan todavía estos oscuros personajes y sobre todo para ratificar nuestro compromiso con nuestra patria y por los cuarenta millones que la habitamos.
Por Néstor y con Cristina. Con mucha alegría y con fuertes convicciones.
Unidos y Organizados.
Bien podría asociarse este tan pifiado pronóstico sobre el futuro de nuestro pueblo con la inauguración de una serie interminable de editoriales, operaciones de prensa y titulares matutinos que desde el 25 de mayo del 2003 nos llueve diariamente, intentando tercamente convencer a los argentinos de que todo va a salir mal.
Sin embargo, nos parece más interesante recordarla por otros motivos.
Lo que se supo tiempo después fue que Néstor había recibido al Sr. Escribano quien le quiso plantear 5 condicionamientos, suponiendo que el nuevo gobierno resultaría tan genuflexo como los anteriores:
1. Que la Argentina se subordine a los Estados Unidos.
2. Que no haya más revisiones sobre la lucha contra la subversión.
3. Que reciba a “los empresarios”.
4. Que se aísle a Cuba.
5. Que se lleve “tranquilidad” a las fuerzas del orden con medidas excepcionales de seguridad.
¡Ja!
Así confesaba abiertamente el Sr. Escribano cómo, a través de su diario, las corporaciones condicionaban a la democracia.
En aquella editorial, el diario La Nación, estaba muy decepcionado por un discurso que Néstor había dado mientras Menem se bajaba del ballotagge, con la cobarde intención de debilitar al gobierno a punto de asumir. En realidad, al señor Escribano le había molestado que Néstor dijera cosas como estas:
“Resultaría una ingenuidad política y un reduccionismo inaceptable no advertir que el eventual retiro de la fórmula por parte del ex presidente del proceso de ballottage es absolutamente funcional a los intereses de grupos y sectores del poder económico que se beneficiaron con privilegios inadmisibles durante la década pasada, al amparo de un modelo de especulación financiera y subordinación política”.
“No he llegado hasta aquí para pactar con el pasado, ni para que todo termine en un mero acuerdo de cúpulas dirigenciales. No voy a ser presa de las corporaciones. Tenga el pueblo argentino la certeza de que quien les habla está decidido a dar vuelta la página de la historia y comenzar a construir junto a ustedes un país diferente, con mucha humildad, pero con muchas y muy firmes convicciones, con esperanza y con optimismo.
“Tenemos la fuerza de aquellos que nos incorporamos a la política porque este país creíamos que se podía cambiar. Tenemos la fuerza y la decisión de aquellos que llegaron a la política, no por un marketing artístico o demás, sino por convicciones, convicciones políticas, ideológicas y doctrinarias de un país distinto. Y esas convicciones no las voy a dejar en nombre del pragmatismo en la puerta de entrada de la Casa Rosada”.
La respuesta de Néstor a estos planteos fue justamente la clave para, no solo durar más que un año, sino para inaugurar una nueva época para el pueblo argentino.
Las palabras de Néstor se trasformaron en hechos concretos inmediatamente, en la línea contraria a lo que
La Nación, Clarín y todos sus voceros siguen insistiendo.
1. Estableció una política realmente soberana, defendiendo nuestros intereses, independientemente del poder de los países y organismos que intentan subordinar a los países en desarrollo.
2. Juicio y castigo a todos los represores de la dictadura cívico-militar y a sus cómplices.
3. Fortaleció el mercado interno y defendió la industria nacional generando una nueva generación de empresarios cuyos intereses están vinculados al desarrollo del conjunto de la economía y eliminó los privilegios de los sectores concentrados de la economía.
4. Trabajó sin descanso por la integración política, económica y social de todos los países de la Patria Grande.
5. Le prohibió a las fuerzas de seguridad de reprimir la protesta social y estableció una fuerte política de renovación y democratización de la policía federal y de las fuerzas armadas.
Dos modelos totalmente opuestos.
Por un lado, el que el Sr. Escribano y el Sr. Magneto le impusieron al pueblo a través de golpes de estado o condicionando a los politiqueros sumisos de turno.
Por otro, el proyecto de país nacional, popular y democrático que empezó con Néstor y ahora se profundiza con Cristina. Que es respaldado activamente por un pueblo despierto, alegre y movilizado; que defiende el interés nacional por sobre el corporativo con coraje y convicciones; que amplía constantemente la frontera de derechos sociales y las libertades civiles para el conjunto del pueblo, especialmente para los más humildes.
Ni Néstor ni Cristina necesitaron que un Escribano o un Magneto le hagan una lista tan detallada del camino que no debíamos seguir. Las banderas de justicia social, soberanía política e independencia económica fueron levantadas a través de varias generaciones y siempre existieron “clarines” y “lanaciones” que se opusieron. Desde la lucha por la independencia hace doscientos años, pasando por las montoneras federales, los obreros explotados y marginados del primer centenario de la patria, la lucha por el voto universal, secreto y obligatorio, la dignidad de los trabajadores durante el gobierno de Perón y Evita, la heroica resistencia a las dictaduras posteriores, la generación del setenta, tan comprometida con ideales de cambio y justicia y la conmovedora e incansable lucha de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.
Por eso, a nueve años de aquella triste editorial que le daba tan poca vida a un proyecto que más que nueve, lleva más de doscientos años, queremos recordarla para tener presente que ahí andan todavía estos oscuros personajes y sobre todo para ratificar nuestro compromiso con nuestra patria y por los cuarenta millones que la habitamos.
Por Néstor y con Cristina. Con mucha alegría y con fuertes convicciones.
Unidos y Organizados.
“Son ustedes los que tienen que seguir escribiendo la historia”
En el estadio de Vélez Sarsfield, La Cámpora y distintas organizaciones políticas y sociales acompañaron a la Presidentapara brindarle su respaldo y conmemorar el noveno aniversario de la elección en la que Néstor Kirchner obtuvo la presidencia. Las tribunas y el campo se colmaron de jóvenes, que con canticos y banderas llenaron de mística el estadio José Amalfitani para escuchar a Cristina.
“Nos sobraba coraje”
El discurso de la presidenta recordó aquellas elecciones del 27 de abril de 2003, donde Néstor Kirchner obtenía un 22 % que lo habilitaba para ir a una segunda vuelta, que finalmente no fue. Cristina marcaba entonces que aquella legitimidad que hubieran podido obtener en el ballotage, la tuvieron que construir “a fuerza de políticas que fueron orientadas a cambiar el destino histórico de la Argentina”. “Ese 22% nos daba legalidad pero faltaba legitimidad, pero nos sobraba coraje, que era lo que teníamos que tener para empezar a cambiar una historia y dar vuelta la taba de la Argentina”, explicóla Presidenta.
Cristina hizo, también, hincapié en que ese fue el momento en donde el proyecto nacional comenzó a escribir, a partir de sus convicciones, una historia que tenía como protagonista a cada argentino y dejaba de ser dictaba por políticas foráneas con intereses contrarios a los de la patria.
Al mismo tiempo, repasó las principales políticas que se llevaron adelante durante estos nueve años: la unión de naciones latinoamericanas, el fin de la subordinación al Fondo Monetario Internacional, que hoy continua con las misma recetas caducas y obsoletas; las políticas de inclusión, comola Asignación Universalpor Hijo y para embarazadas; la movilidad jubilatoria; la construcción de miles de escuelas; el matrimonio igualitario; la repatriación de miles de científicos; los genocidas juzgados por los jueces y las leyes de la constitución; el proceso de industrialización; las paritarias libres; la recuperación de la administración de los fondos de los trabajadores, la reforma de la carta orgánica del Banco Central; la recuperación de YPF y el reclamo por la soberanía de Malvinas. “Estas políticas son de todos los argentinos y para todos los argentinos”, concluyóla Presidenta.
“Juntos y organizados para construir un país mejor”
Cristina también agradeció a todas las fuerzas políticas que acompañaron estas medidas y especialmente a todos aquellos que desde su lugar, sus espacios, trabajan para que las cosas salgan bien. Y remarcó la necesidad de que todos los argentinos trabajen “juntos y organizados para construir un país mejor”.
Además,la Presidenta explicó que la historia no se escribe en línea recta, sino que tiene marchas y contramarchas, claro y oscuros. Y que aquellos que vivieron una Argentina enfrentada, deben tener claridad para ver que hoy se está “ante una oportunidad histórica que se nos abre como país y como región”. En la misma línea expresó que hay que releer la historia, “basta ver como pivotearon sobre nuestras diferencias para ver dónde está la clave de nuestros males, por eso los convoco desde el corazón y desde el conocimiento de lo que nos pasó, para que nunca más nos vuelva a pasar, y podamos seguir construyéndola Argentina”
“Miles de pibes incorporados a la política, eso es sembrar futuro”
“Quiero decirles a los jóvenes de todas las fuerzas políticas, que todos ustedes que son la generación del bicentenario, y nosotros que ya tenemos unos cuanto años encima, y una responsabilidad institucional de conducir el estado, también debemos idear nuevas formas de participación, nueva formas de intervención del Estado modernas, contemporáneas”, expresóla Presidenta.
Del mismo modo, Cristina puntualizó: “Son ustedes, las nuevas generaciones, las que tienen que tomar la posta y la bandera para seguir con los ideales de 200 años de historia.” Y remarcó “Son ustedes los que tienen que seguir escribiendo la historia, bajo el lema con que fue convocado este acto: unidos y organizados para profundizar la transformación.”
“Si tuviera que elegir entre todas las cosas que les mencioné, me quedo con la incorporación de miles y miles de pibes a la política, es lo mejor que hemos hecho, eso es sembrar futuro, porque no somos eternos” y Además le dijo a la juventud:“Yo siento que los verdaderos custodios de este legado histórico, no somos los que estamos en este escenario, que ya estamos viejos, muchos de nosotros, sino que son ustedes, que no van a permitir jamás dar un paso atrás”.
“Nos sobraba coraje”
El discurso de la presidenta recordó aquellas elecciones del 27 de abril de 2003, donde Néstor Kirchner obtenía un 22 % que lo habilitaba para ir a una segunda vuelta, que finalmente no fue. Cristina marcaba entonces que aquella legitimidad que hubieran podido obtener en el ballotage, la tuvieron que construir “a fuerza de políticas que fueron orientadas a cambiar el destino histórico de la Argentina”. “Ese 22% nos daba legalidad pero faltaba legitimidad, pero nos sobraba coraje, que era lo que teníamos que tener para empezar a cambiar una historia y dar vuelta la taba de la Argentina”, explicóla Presidenta.
Cristina hizo, también, hincapié en que ese fue el momento en donde el proyecto nacional comenzó a escribir, a partir de sus convicciones, una historia que tenía como protagonista a cada argentino y dejaba de ser dictaba por políticas foráneas con intereses contrarios a los de la patria.
Al mismo tiempo, repasó las principales políticas que se llevaron adelante durante estos nueve años: la unión de naciones latinoamericanas, el fin de la subordinación al Fondo Monetario Internacional, que hoy continua con las misma recetas caducas y obsoletas; las políticas de inclusión, comola Asignación Universalpor Hijo y para embarazadas; la movilidad jubilatoria; la construcción de miles de escuelas; el matrimonio igualitario; la repatriación de miles de científicos; los genocidas juzgados por los jueces y las leyes de la constitución; el proceso de industrialización; las paritarias libres; la recuperación de la administración de los fondos de los trabajadores, la reforma de la carta orgánica del Banco Central; la recuperación de YPF y el reclamo por la soberanía de Malvinas. “Estas políticas son de todos los argentinos y para todos los argentinos”, concluyóla Presidenta.
“Juntos y organizados para construir un país mejor”
Cristina también agradeció a todas las fuerzas políticas que acompañaron estas medidas y especialmente a todos aquellos que desde su lugar, sus espacios, trabajan para que las cosas salgan bien. Y remarcó la necesidad de que todos los argentinos trabajen “juntos y organizados para construir un país mejor”.
Además,la Presidenta explicó que la historia no se escribe en línea recta, sino que tiene marchas y contramarchas, claro y oscuros. Y que aquellos que vivieron una Argentina enfrentada, deben tener claridad para ver que hoy se está “ante una oportunidad histórica que se nos abre como país y como región”. En la misma línea expresó que hay que releer la historia, “basta ver como pivotearon sobre nuestras diferencias para ver dónde está la clave de nuestros males, por eso los convoco desde el corazón y desde el conocimiento de lo que nos pasó, para que nunca más nos vuelva a pasar, y podamos seguir construyéndola Argentina”
“Miles de pibes incorporados a la política, eso es sembrar futuro”
“Quiero decirles a los jóvenes de todas las fuerzas políticas, que todos ustedes que son la generación del bicentenario, y nosotros que ya tenemos unos cuanto años encima, y una responsabilidad institucional de conducir el estado, también debemos idear nuevas formas de participación, nueva formas de intervención del Estado modernas, contemporáneas”, expresóla Presidenta.
Del mismo modo, Cristina puntualizó: “Son ustedes, las nuevas generaciones, las que tienen que tomar la posta y la bandera para seguir con los ideales de 200 años de historia.” Y remarcó “Son ustedes los que tienen que seguir escribiendo la historia, bajo el lema con que fue convocado este acto: unidos y organizados para profundizar la transformación.”
“Si tuviera que elegir entre todas las cosas que les mencioné, me quedo con la incorporación de miles y miles de pibes a la política, es lo mejor que hemos hecho, eso es sembrar futuro, porque no somos eternos” y Además le dijo a la juventud:“Yo siento que los verdaderos custodios de este legado histórico, no somos los que estamos en este escenario, que ya estamos viejos, muchos de nosotros, sino que son ustedes, que no van a permitir jamás dar un paso atrás”.
¡¡¡¡¡Vamos…. Vamos Cristina!!!!!
¡¡¡Vamos… vamos Cristina!!! ¡¡¡Vamos… vamos Cristina!!! Miles de manos se enarbolaron en lo alto del cielo de Buenos Aires entonando un grito de corazón para saludar la llegada de la Presidenta. Y es que ella vino, como todos la esperábamos. Y es que ella vino a la fiesta que le armamos para celebrar el noveno aniversario de aquél 27 de abril cuando volvimos, cuando Néstor vino a proponernos un sueño y poco a poco todos comenzamos a seguirlo.
¡¡¡Vamos… vamos Cristina!!! ¡¡¡Vamos… vamos Cristina!!! El saludo de los miles de militantes que acudieron a la cita, que nadie se quiso perder y por eso desde temprano comenzaron a llegar los micros desde los rincones más recónditos del interior del país, y los que también lo hacían desde ciudades capitales y de lugares más próximos al estadio de Vélez. Un estadio que no alcanzó para tanto amor, para tanta fiesta. Por eso, a poco de pasar el mediodía, las tribunas lucían bastante colmadas, y a media tarde no cabía un alfiler.
La multitud siguió llegando, y fueron muchos los compañeros que tuvieron que conformarse con seguir la fiesta desde afuera. Adentro las banderas se agitaban a pleno, las canciones se sucedían una tras otra y las gargantas hacían un esfuerzo fuera de lo común para no quedarse disfónicas a mitad de camino. Como la de Claudia, santafesina de 27 años, que se vino junto a un grupo de cumpas, y ya desde temprano asomaron por Villa Luro para ir calentando el ambiente: “Ya el viaje fue una fiesta, tratamos de no gritar mucho para llegar con energía acá sabiendo que la jornada iba a ser larga. Y así fue. Pero lo valió y nos vamos con mucha más energía. Nos gastamos todo, pero en realidad nos cargamos con mucho más. Eso es lo que hace Cristina, te llena de ganas de seguir militando”.
“Militaremos de sol a sol, somos los pibes, los soldados de Perón”, aseguraban los cumpas que colmaban la popular de Vélez, toda copada por La Cámpora, repleta de banderas de todos los lugares desde donde habían venido para manifestarle su apoyo incondicional a Cristina. Jorge, 22 años, de Mendoza, contó que “de solo pensar que veníamos a esto no pegamos un ojo en toda la noche. Pero ni el frío, ni la falta de sol, impidieron que tuviéramos estas tremendas ganas de cantar y saltar con todos los compañeros de todo el país que se dieron cita acá. Vinimos a ver a Cristina pero también a sellar la hermandad con todos los cumpas de las provincias y la Capital”.
Del acto, al que concurrieron decenas de miles de personas, adentro y afuera del estadio, participaron también militantes del Movimiento Evita, Kolina, los Descamisados, la Tupac Amaru, Pueblo Peronista, el Partido Comunista Congreso Extraordinario, la Martín Fierro, la Oesterheld, y muchas otras orgas compañeras.
“Son los pibes que bancamos a Cristina, y a la patria la vamos a liberar”, gritaban las miles de gargantas, mientras las banderas subían y flameaban en lo más alto. Ya habían llegado los bombos y también los vientos que ayudaron a sostener las gargantas que no querían aflojar por nada. Julia, 32 años, de La Matanza, no podía salir de su asombro: “Yo le tenía una fe bárbara a juntar un montón de cumpas en este acto. Pero lo que estoy viendo acá supera todo. No puedo describir lo que estoy sintiendo. Te juro que me late refuerte el corazón. Tengo una emoción tremenda. No quiero largarme a llorar porque no voy a parar más y me voy a perder todo”.
La banda sonaba con todo y los pibes cantaban sin parar. Y apareció la gran bandera que coronaría la fiesta. Se fue desplegando desde la cima de la tribuna a medida que las manos iban ayudando a desenrollarla hasta llegar al piso y cubrir toda la popular a lo ancho y a lo alto. El escudo de CFK, emulando al tradicional logo de la recuperada YPF, y la leyenda que resumía el espíritu del acto, pero de toda la militancia: Unidos y Organizados. Como se demostró en el acto, como se demostró desde el comienzo hasta el final de una celebración que se realizó en forma responsable y ordenada, con alegría y fervor, pero con orden y organización, con mística y emoción, pero con unión y trabajo.
Javier, 25 años, de Salta, no quería irse del estadio: “Me quedo a dormir acá. No quiero que termine nunca. Y no va a terminar porque la vamos a seguir, en Salta, y en todas partes donde haya militancia, en todos los puntos del país. Vamos a seguir celebrando esta Argentina que cada día es más inclusiva, es más justa, es más equitativa para el pueblo. Y todo gracias a Néstor y a Cristina”. Y es que cuando Cristina terminó de hablar, los cumpas siguieron batiendo el parche, agitando las banderas y saltando y cantando como si recién hubieran llegado al acto. Hizo falta que pasaran algunas horas para que la marcha se fuera desacelerando poco a poco. Nadie se quería ir. Pero la noche y el frío apuraban, y los cumpas comenzaron a despedirse, con la satisfacción de haber cumplido, de haber celebrado, y de haber renovado el juramento de seguir militando en cada rincón de la patria, el proyecto que hace nueve años iniciaron Néstor y Cristina para darle a los argentinos un crecimiento con desarrollo e inclusión, con justicia social y equidad.
¡¡¡Vamos… vamos Cristina!!! ¡¡¡Vamos… vamos Cristina!!! El saludo de los miles de militantes que acudieron a la cita, que nadie se quiso perder y por eso desde temprano comenzaron a llegar los micros desde los rincones más recónditos del interior del país, y los que también lo hacían desde ciudades capitales y de lugares más próximos al estadio de Vélez. Un estadio que no alcanzó para tanto amor, para tanta fiesta. Por eso, a poco de pasar el mediodía, las tribunas lucían bastante colmadas, y a media tarde no cabía un alfiler.
La multitud siguió llegando, y fueron muchos los compañeros que tuvieron que conformarse con seguir la fiesta desde afuera. Adentro las banderas se agitaban a pleno, las canciones se sucedían una tras otra y las gargantas hacían un esfuerzo fuera de lo común para no quedarse disfónicas a mitad de camino. Como la de Claudia, santafesina de 27 años, que se vino junto a un grupo de cumpas, y ya desde temprano asomaron por Villa Luro para ir calentando el ambiente: “Ya el viaje fue una fiesta, tratamos de no gritar mucho para llegar con energía acá sabiendo que la jornada iba a ser larga. Y así fue. Pero lo valió y nos vamos con mucha más energía. Nos gastamos todo, pero en realidad nos cargamos con mucho más. Eso es lo que hace Cristina, te llena de ganas de seguir militando”.
“Militaremos de sol a sol, somos los pibes, los soldados de Perón”, aseguraban los cumpas que colmaban la popular de Vélez, toda copada por La Cámpora, repleta de banderas de todos los lugares desde donde habían venido para manifestarle su apoyo incondicional a Cristina. Jorge, 22 años, de Mendoza, contó que “de solo pensar que veníamos a esto no pegamos un ojo en toda la noche. Pero ni el frío, ni la falta de sol, impidieron que tuviéramos estas tremendas ganas de cantar y saltar con todos los compañeros de todo el país que se dieron cita acá. Vinimos a ver a Cristina pero también a sellar la hermandad con todos los cumpas de las provincias y la Capital”.
Del acto, al que concurrieron decenas de miles de personas, adentro y afuera del estadio, participaron también militantes del Movimiento Evita, Kolina, los Descamisados, la Tupac Amaru, Pueblo Peronista, el Partido Comunista Congreso Extraordinario, la Martín Fierro, la Oesterheld, y muchas otras orgas compañeras.
“Son los pibes que bancamos a Cristina, y a la patria la vamos a liberar”, gritaban las miles de gargantas, mientras las banderas subían y flameaban en lo más alto. Ya habían llegado los bombos y también los vientos que ayudaron a sostener las gargantas que no querían aflojar por nada. Julia, 32 años, de La Matanza, no podía salir de su asombro: “Yo le tenía una fe bárbara a juntar un montón de cumpas en este acto. Pero lo que estoy viendo acá supera todo. No puedo describir lo que estoy sintiendo. Te juro que me late refuerte el corazón. Tengo una emoción tremenda. No quiero largarme a llorar porque no voy a parar más y me voy a perder todo”.
La banda sonaba con todo y los pibes cantaban sin parar. Y apareció la gran bandera que coronaría la fiesta. Se fue desplegando desde la cima de la tribuna a medida que las manos iban ayudando a desenrollarla hasta llegar al piso y cubrir toda la popular a lo ancho y a lo alto. El escudo de CFK, emulando al tradicional logo de la recuperada YPF, y la leyenda que resumía el espíritu del acto, pero de toda la militancia: Unidos y Organizados. Como se demostró en el acto, como se demostró desde el comienzo hasta el final de una celebración que se realizó en forma responsable y ordenada, con alegría y fervor, pero con orden y organización, con mística y emoción, pero con unión y trabajo.
Javier, 25 años, de Salta, no quería irse del estadio: “Me quedo a dormir acá. No quiero que termine nunca. Y no va a terminar porque la vamos a seguir, en Salta, y en todas partes donde haya militancia, en todos los puntos del país. Vamos a seguir celebrando esta Argentina que cada día es más inclusiva, es más justa, es más equitativa para el pueblo. Y todo gracias a Néstor y a Cristina”. Y es que cuando Cristina terminó de hablar, los cumpas siguieron batiendo el parche, agitando las banderas y saltando y cantando como si recién hubieran llegado al acto. Hizo falta que pasaran algunas horas para que la marcha se fuera desacelerando poco a poco. Nadie se quería ir. Pero la noche y el frío apuraban, y los cumpas comenzaron a despedirse, con la satisfacción de haber cumplido, de haber celebrado, y de haber renovado el juramento de seguir militando en cada rincón de la patria, el proyecto que hace nueve años iniciaron Néstor y Cristina para darle a los argentinos un crecimiento con desarrollo e inclusión, con justicia social y equidad.
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